Todos sabemos que dormir es importante. Pero ¿cuántos entendemos realmente por qué? Y lo que es más ¿qué tan importante? Lo cierto es que nuestros patrones de sueño no se limitan a sentir que descansamos después de haber dormido. También están íntimamente relacionados también con nuestro bienestar mental y, de hecho, desempeñan un papel importante en problemas como la ansiedad, la depresión e incluso la psicosis.
Investigaciones recientes están corroborando y permitiéndonos entender mejor esta conexión, revelando que las alteraciones en nuestros ciclos naturales de sueño-vigilia (lo que técnicamente se conoce como ritmo circadiano) pueden ser un factor clave en diversos problemas de salud mental.
El vínculo entre el sueño y la salud mental: más complejo de lo que crees
Durante años, el enfoque médico ha considerado la salud mental como un problema puramente psicológico; es decir, separado del cuerpo físico. Sin embargo, investigaciones recientes, que utilizan herramientas como la actigrafía (que mide los patrones de sueño y vigilia), demuestran una fuerte conexión biológica mente-cuerpo. Las personas con enfermedades como depresión, trastorno bipolar, ansiedad y psicosis suelen presentar patrones de sueño distintivos. Estos suelen incluir una reducción del tiempo total de sueño, dificultad para conciliar el sueño y horarios de sueño irregulares.
Piénsalo: nuestro cuerpo funciona a un ritmo natural de 24 horas, influenciado por la luz y la oscuridad. Así evolucionó y ha funcionado el ser humano por millones de años. De modo que cuando este ritmo se altera, puede alterar la química cerebral, lo que afecta la regulación del estado de ánimo y la función cognitiva.
Por ejemplo, se sabe que las personas con trastorno bipolar suelen mostrar una actividad diurna reducida y un comportamiento motor irregular, estrechamente relacionados con sus patrones de sueño y vigilia.
Más allá del cansancio: el papel del ritmo circadiano
En este sentido, un estudio reciente publicado en el Proceedings of the National Academy of Sciences, destaca que las variaciones en el horario de sueño, como la tendencia a acostarse y despertarse más tarde de lo habitual, son increíblemente significativas. Estos patrones suelen estar vinculados a factores genéticos y se han asociado con problemas mentales como la paranoia.
Además, el estudio revela que las irregularidades en la forma en que nuestro cuerpo reacciona a la luz y en cómo regulamos nuestros ciclos de sueño y vigilia pueden influir significativamente en nuestra salud mental.
Prevenir el daño mental del mal sueño
Si bien la evidencia científica en este tema es compleja y apenas comienza a acumularse, existen medidas prácticas que puedes tomar para mejorar tu sueño y, en consecuencia, tu bienestar mental:
- Establece un horario de sueño regular: Intenta acostarte y despertarte aproximadamente a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana.
- Crea una rutina relajante para la hora de dormir: Relájate con un baño caliente, leyendo o haciendo estiramientos suaves.
- Optimiza tu entorno de sueño: Asegúrate de que tu cuarto sea lo más oscuro posible, tranquilo y fresco.
Tomar el control de tu higiene del sueño
Ahora sabemos que no dormir bien no solamente afecta el metabolismo y promueve la resistencia a la insulina. Ahora comrpendemos un poco sobre la profunda conexión entre el sueño y el bienestar mental.
Pero la realidad es que traducir ese conocimiento en acciones personalizadas puede ser difícil. Es por esto que como nutriólogo enfocado en recuperación de la salud metabólica, me especializo en ayudar a las personas a optimizar su dieta y estilo de vida para apoyar su salud mental y física.
Si te sientes list@ para empezar a hacer los cambios necesarios para mejorar tu salud metabólica y general (incluída la salud del sueño), te invito a agendar una consulta y trabajemos juntos para alcanzar tu máximo potencial de bienestar.
Referencias
Chapman, R. (2022). Sleep, circadian rhythms and mental health: advances, gaps, challenges and opportunities. Wellcome. https://wellcome.org/reports/sleep-circadian-rhythms-and-mental-health-advances-gaps-challenges-and-opportunities
Dollish, H. K., Tsyglakova, M., & McClung, C. A. (2024). Circadian rhythms and mood disorders: Time to see the light. Neuron, 112(1), 25-40. https://doi.org/10.1016/j.neuron.2023.09.023
Lee, M. P., et al. (2024). The real-world association between digital markers of circadian disruption and mental health risks. NPJ Digital Medicine, 7(1), 1-15. https://doi.org/10.1038/s41746-024-01348-6
Meyer, N., et al. (2024). The sleep–circadian interface: A window into mental disorders. Proceedings of the National Academy of Sciences, 121(9), e2214756121. https://doi.org/10.1073/pnas.2214756121
Tamura, N., & Okamura, K. (2024). Longitudinal course and outcome of social jetlag in adolescents: A 1‐year follow‐up study of the adolescent sleep health epidemiological cohorts. Journal of Sleep Research, 33(3), e14042. https://doi.org/10.1111/jsr.14042
Walker, W. H., Walton, J. C., DeVries, A. C., & Nelson, R. J. (2020). Circadian rhythm disruption and mental health. Translational psychiatry, 10(1), 28. https://doi.org/10.1038/s41398-020-0694-0
Descargo de responsabilidad: esta publicación tiene fines informativos únicamente y no debe interpretarse como consejo médico o nutricional personalizado. Consulta siempre a un profesional de la salud antes de realizar cualquier cambio en tu régimen de medicación o alimentación.
Deja una respuesta