Seamos realistas: con el paso del tiempo la vida se vuelve más ocupada. Entre el trabajo, la familia y esa lista cada vez mayor de tareas pendientes, hacer ejercicio puede parecer como tratar de encajar una clavija cuadrada en un agujero redondo.
Pero aquí está la cuestión: la actividad física no se trata solo de verse bien en traje de baño (aunque eso es una ventaja también). Se trata de invertir en tu salud futura, y cuanto antes empieces, mejor.
La pandemia moderna de enfermedades crónicas y sedentarismo
Piensa en tu cuerpo como una máquina afinada. La actividad física regular es el aceite que mantiene todo funcionando sin problemas. Ayuda a que tu metabolismo (el proceso mediante el cual su cuerpo convierte los alimentos en energía) funcione de manera eficiente. Y, como ya lo he mencionado en otro artículo de este blog y como se lo menciono regularmente a mis pacientes, un metabolismo saludable es la base de una buena salud en general.
¿Por qué es esto tan importante especialmente hoy en día? Porque en el mundo actual nos enfrentamos a una creciente pandemia de enfermedades crónicas. Desde enfermedades cardíacas y diabetes tipo 2 hasta ciertos cánceres, estas enfermedades afectan cada vez a más personas, especialmente a medida que entramos en la mediana edad. ¿Cuál es el culpable? No existe uno solo, pero uno de estos es el sedentarismo.
Nuestros estilos de vida modernos son simplemente demasiado sedentarios. Muchos de nosotros nos sentamos frente a escritorios todo el día, viajamos en automóvil a la tienda en lugar de caminar, y nos dejamos caer en el sofá viendo series para relajarnos por la noche.
Toda esa inactividad le pasa factura a nuestros cuerpos. Nuestro metabolismo se ralentiza, lo que dificulta mantener un peso saludable. Nos volvemos más susceptibles a las enfermedades a medida que nuestros cuerpos luchan por controlar el azúcar en la sangre y mantener el corazón bombeando de manera eficiente.
El ejercicio, tu arma secreta
La buena noticia es que podemos reescribir esta historia. Así es como mantenernos activos se convierte en nuestra arma secreta para una vida larga y saludable:
- Aumenta tu metabolismo: el ejercicio regular literalmente acelera el motor metabólico. Esto significa que quemas más calorías a lo largo del día, incluso en reposo, lo que facilita mantener un peso saludable.
- Reducir el riesgo de enfermedades: la actividad física es una poderosa defensa contra las enfermedades crónicas. Ayuda a regular el azúcar en sangre, reduce la presión arterial y mejora los niveles de lípidos, todo lo cual reduce significativamente el riesgo de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y diabetes tipo 2.
- Fortalece tu cuerpo: el ejercicio fortalece los músculos y huesos, lo que no solo mejora la postura y el equilibrio, sino que también ayuda a prevenir lesiones a medida envejecemos.
Pero los beneficios van más allá de tu salud física. Así es como mantenerse activo puede mejorar su bienestar emocional y general:
- Mejora tu estado de ánimo: el ejercicio mejora tu estado de ánimo de forma natural. Libera endorfinas, esas sustancias químicas que te hacen sentir bien en el cerebro y que pueden combatir el estrés, la ansiedad e incluso la depresión.
- Agudiza tu mente: la actividad física mantiene tu cerebro alerta. Mejora la memoria, la concentración y la función cognitiva, manteniéndote mentalmente en la cima.
- Consigue un sueño reparador: el ejercicio regular puede ayudarte a conciliar el sueño más rápido y a dormir más profundamente, dejándote sintiéndote lleno de energía y renovad@ al día siguiente.
Consejos para hacer de la actividad física un hábito
¿La conclusión clave de todo esto? Nunca es demasiado temprano (ni demasiado tarde) para empezar a incorporar la actividad física a su vida. Incluso los pequeños cambios pueden marcar una gran diferencia.
A continuación te doy algunos consejos que te ayudarán a ponerte en movimiento.
- Encuentra actividades que disfrutes: desde bailar hasta nadar, caminar o andar en bicicleta, hay un ejercicio para todos. Explora diferentes opciones hasta que encuentres algo que realmente desee hacer.
- Comienza poco a poco y construye gradualmente: No intentes pasar de un adicto a la televisión a un rata de gimnasio de la noche a la mañana.
- Comienza con breves períodos de actividad, como una caminata de 15 minutos cada día, y aumenta gradualmente la duración y la intensidad a medida que te fortaleces y acostumbras.
- Conviértelo en un hábito. Intenta realizar al menos 30 minutos de ejercicio de intensidad moderada la mayoría de los días de la semana. Divídelo en partes más pequeñas si es necesario, como dos sesiones de 15 minutos.
- Incorpora la actividad física a tu rutina diaria: usa las escaleras en lugar del ascensor, estaciónate más lejos de su destino o haz algunos estiramientos o ejercicios de peso corporal durante sus descansos en el trabajo.
Nacimos para movernos
Recuerda que tu cuerpo está destinado a moverse. Si no lo usas, lo pierdes. Así que sal, actívate y comienza a invertir en una vida larga y saludable. Tu yo futuro te lo agradecerá.
Si este artículo te movió a hacer algo por integrar ejercicio en tu vida, la siguiente recomendación es consultar con un profesional de la salud y la nutrición para adaptar tus deseos a tu nivel de salud y a tus hábitos actuales.
Así que si estás list@, agenda tu cita de salud nutricional y metabólica y ¡comienza ya¡
Y si deseas saber más sobre los beneficios del ejercicio y las razones por las cuales es útil y necesario llevarlo a cabo, en este video de Cuídate Hoy te explico más:
Referencias
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Descargo de responsabilidad: esta publicación tiene fines informativos únicamente y no debe interpretarse como consejo médico personalizado. Consulta siempre con tu profesional de la salud antes de realizar cualquier cambio en tu régimen de medicación o alimentación.
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