Todos somos culpables de algunos (algun@s de muchos) malos hábitos, los cuales desde el principio del día establecen el tono con el que se desarrollarán nuestras actividades, lo cual al final del día nos hace darnos cuenta de que o lo desperdiciamos o pudimos aprovecharlo mucho mejor.
Complementando el artículo anterior sobre el tema, esta vez analizamos cinco malos hábitos más que nos afectan mucho más de lo que queremos creer, y que trabajar en eliminarlos es lo mejor que podemos hacer no solamente para el beneficio de nuestra marca personal, sino también para nuestro continuo desarrollo en todos los aspectos de la vida.
1. Despertarte a diferentes horas durante la semana
Nuestro organismo no evolucionó para desfasarse del ciclo circadiano (día-noche) natural. Millones de años de evolución han fomentado nuestra sincronización con la salida y la puesta del sol, lo cual hace dañino para nuestro organismo el no despertarnos y dormirnos a las mismas horas todos los días.
Dormir bien es primordial. Despertarte a diferentes horas durante la semana afecta, aparte de la calidad del sueño, el equilibrio hormonal del cual dependen, entre otros aspectos, el nivel de estrés, la cantidad de energía con la que contaremos durante el día, y hasta las calorías que almacenamos en forma de grasa.
Así que, procura toda la semana (sí, hasta los fines de semana) levantarte e irte a la cama alrededor de la misma hora. El cuerpo humano (que evolucionó hace cientos de miles de años) no sabe que hace unos 2600 años establecimos un calendario con días de la semana, y trabaja mucho mejor tomando las horas del día de todos los días de la misma manera.
2. Tomar café antes que agua
Mientras dormimos, toda la noche nuestro cuerpo está tanto en ayunas como deshidratándose. Por esto, cuando nos despertamos, lo primero que debemos hacer es tomar agua y luego desayunar.
Sin embargo, es común que los beneficios despertadores del café se sientan tan necesarios, que muchas personas en cuanto se levantan se van a la cafetera y antes que otra cosa se toman su café. Este es uno de tantos malos hábitos debido a que el café en un estómago vacío funciona como un deshidratante. Además, los efectos de la cafeína son más severos si no te hidratas antes de tomar tu café mañanero.
Si no tomas primero agua (o alguna otra bebida sin azúcar como agua cítrica), la cafeína afectará tu pulso poniendo más estrés en tu corazón, lo que puede afectar tu presión arterial. Además, el café con el estómago vacío puede causarte síntomas estomacales como acidez e inflamación si tienes un tejido estomacal sensible.
3. Ver televisión (o escuchar la radio)
Por la misma razón que debes evitar checar las notificaciones en tu teléfono en cuanto te despiertas, prepararte en la mañana viendo o escuchando las noticias o los comentarios en su mayoría negativos que abundan en la televisión, inconscientemente afectarán tu enfoque mental y la manera en cómo tomarás todo lo que te suceda durante el día.
Evita el mal hábito de arreglarte para salir o desayunar viendo en la televisión las noticias y los comentarios de programas que aprovechan la tendencia de los seres humanos de ponerle mayor atención a los eventos sensacionalistas, ya que esto afecta tu estado mental y puede afectar tu actitud por el resto del día.
Meditar, leer, escribir, tender tu cama, o llevar a cabo cualquier otra actividad relajante es mucho mejor que iniciar tu día con lo que la televisión comúnmente transmite. En estos tiempos esta regla aplica hasta a canales como National Geographic, que con el tiempo ha estado explotando cada vez más temas sensacionalistas y cada vez menos contenido realmente intelectual.
4. Posponer el ejercicio
Por demasiadas razones que no caben ni son necesarias aquí mencionar, ejercitarte en la mañana es mucho más efectivo que hacerlo a cualquier otra hora del día. Creer que no tienes tiempo de ejercitarte temprano, simplemente significa que no terminas de darte cuenta de que pierdes más tiempo del que crees, o aún no aprendes a levantarte temprano. Todos tenemos tiempo de 20 minutos de algún tipo de actividad física en la mañana si nos deshacemos de otros malos hábitos.
Estudios han corroborado que las personas que se ejercitan por la mañana tienen mejor presión sanguínea durante el día y duermen mejor que las personas que lo hacen por las tardes.
Así que agenda tus 20 minutos de lo que quieras (yoga, burpees, correr, saltar la cuerda) que puedas hacer en cuanto te levantes, de la misma manera que agendas algo del trabajo, pero antes de que inicie tu día «normal» y así te acostumbres a llevar a cabo tu actividad física desde temprano.
5. Bañarte con agua caliente
Como ya hemos abordado en anteriores artículos, bañarte con agua fría tiene demasiados beneficios. Lo contrario sucede con el agua caliente. Aunque resulta muy gratificante despertar en invierno y pegarte un baño caliente, hacer esto es disfrutar de minutos de comodidad a costa de perjuicios para tu cuerpo.
El agua caliente irrita la piel y la seca. Tu piel existe como la primera línea de defensa ante las circunstancias del exterior, y el agua caliente (especialmente cuando tardas mucho tiempo bañándote para disfrutarlo) la altera dejándola más expuesta a la inflamación e infecciones.
Si no puedes bañarte con el agua fría porque es un día de invierno muy helado (y me refiero a frío de verdad, no a cualquier temperatura baja que much@s consideran frío solamente para abrirle a la llave del agua caliente), acomoda la ducha en una temperatura lo menos caliente posible y báñate rápido. Con más razón cuando es por las mañanas, un baño tardado solamente te hará perder tiempo valioso al inicio de tu día.
Y no olvides los anteriores malos hábitos
¿No has leído 6 hábitos que debes dejar en las mañanas? Hazlo y ponte a trabajar en dejar esos y estos malos hábitos pronto.
Por ejemplo, si todavía lo haces, ¡deja de presionar el botón snooze!
Y si sigues utilizando tu teléfono como despertador, mejor consíguete un despertador de verdad. Y ponlo lejos de la cama para que te haga levantarte para apagarlo.
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