El mejor líder es quien no necesita ordenar que se hagan las cosas.
No necesitamos tener una extensa carrera profesional para haber conocido equipos de trabajo en los cuales las actividades no avanzan mientras el jefe/director/encargado no diga qué es lo que hay que hacer y cuándo hacerlo.
Aunque es la manera típica y más arraigada de trabajar desde hace décadas sin importar el tipo de empleo o industria, el avance de la tecnología ha hecho cada vez más obsoleto este tipo de liderazgo.
Además, existen ciertos tipos de equipos de trabajo, y ciertas actividades económicas y del sector público, que se beneficiarían mucho más de un sistema de trabajo que no dependa de la batuta continua de sus líderes o encargados para avanzar.
Y el mejor ejemplo está en uno de los ambientes en el que se encuentra más arraigado el sistema de trabajo que para avanzar siempre ha dependido de órdenes de más arriba: el militar.
En el fondo de la productividad
Cuando el capitán David Marquet quedó a cargo del submarino de ataque Clase Los Ángeles, tripulado por el equipo con más bajo puntaje en todos los aspectos calificables, no estaba muy contento.
Antes de esa asignación, Marquet era el primer candidato para dirigir una de las mejores naves submarinas de la Marina de Estados Unidos (NAVY). Y se había preparado meses para la responsabilidad. Para esa responsabilidad específica.
Pero, no se había preparado para ser el líder de un equipo de marinos que, por la calificación del trabajo de su nave, el USS Santa Fé (SSN-763), podían considerarse los menos efectivos. El reto de capitanearla sería enorme.
Pero el capitán Marquet, haciéndose a la idea de su nueva tarea, decidió ver su nueva asignación como una oportunidad. Y se propuso averiguar qué estaba mal con ese submarino y cambiar todo lo que fuera necesario cambiar (que quedara dentro de las leyes militares, claro) para mejorar su calificación.
Y casi en cuanto llegó se dio cuenta que el problema estaba en el liderazgo: nadie avanzaba en sus tareas sin una orden de su superior.
Además el sistema establecido en el submarino mantenía estresados a los tripulantes de manera que preferían evitar actuar por temor a equivocarse, y sólo ejecutaban las mínimas tareas que estaban en su lista de cosas por hacer.
Así que por años, la tripulación del USS Santa Fé se había mantenido, en lugar de trabajando para avanzar y ser mejores, protegiéndose de culpas y evitando proponer nuevas maneras de mejorar. Y así nunca se avanza.
Ejerciendo el liderazgo basado en la intención
Como lo explica en su best seller “Turn The Ship Arround”, el capitán Marquet, con una serie de pequeños cambios de cultura interna, logró en relativamente poco tiempo cambiar el estilo de lideazgo utlizado en su nave, lo cual redundó en un total cambio de rumbo para el Santa Fé. Metafórica y literalmente.
No sin incredulidad al principio de parte de su tripulacion e inclusive de algunos de sus superiores, Marquet cambió, por ejemplo, la manera en que los subordinados avisaban sobre lo que planeaban hacer.
En lugar del típico: “Permiso para sumergir la nave, Capitán”, les pidió a los navegantes exclamaran: “Procedo a sumergir la nave, Capitán”.
De esta manera, en vez de que psicológicamente sus acciones dependieran de la autorización de un superior, para los marinos de Marquet el poder se distribuyó dándoles la autoridad para llevar a cabo sus responsabilidades a voluntad, conforme a criterio y dando espacio para sugerencias.
Precisamente lo que es conocido como liderazgo basado en la intención.
El capitán aún tenía que decir “Adelante, navegante”, pero la diferencia entre pedir permiso y avisar es un detalle que refuerza la confianza y, con el tiempo, la efectividad de los involucrados.
Después de capitanear el Santa Fé, el submarino y su tripulación emergieron de ser los peores a ser de los mejores. Además de premios por desempeño (como el Navy Unit Commendation por la SECNAV, el segundo más alto honor que puede recibir una nave de la Marina), el sumarino alcanzó el más alto nivel de retención de personal en toda la NAVY.
Todo esto, debido a que desde el principio, el Capitán Marquet comenzó a tratar a la tripulación como líderes y no como seguidores.
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